04 enero 2016

Se ha iniciado una conversación (a propósito de Aislados)... con Cecilia Eudave

"Es una historia construida de historias y de ecos"
Guadalajara, 1968
Escritora, profesora, investigadora; su obra ha sido traducida a varios idiomas.
Si quieres saber un poquito más, te invitamos a leer la entrevista general
que le hicimos anteriormente (clic aquí).

Hola, Ceci, ¿cómo estás? ¿Te parece si empezamos? (como dije, no importa si no estamos en sincronía ;)
Así que, primero primero, celebro que nos acompañes nuevamente en el blog, y ya entrando en materia, me gustaría saber ¿qué fue para ti escribir Aislados?


Hola, el gusto es mutuo y agradezco este diálogo en sintonía aunque no en sincronía temporal.
Para mí escribir la novela Aislados, fue un gran reto, cambié un poco el registro de mi escritura al pasar de lo fantástico a lo realista, pero sin dejar esa escritura "inusual" que ha venido caracterizando mi trabajo. Por otra parte no sólo fue un reto construir una novela vertiginosa, acorde a los tiempos e intentar no dejar al lector tomar descansos, mantenerlo en suspenso y desesperado, llevar al lector en picada como a los personajes, sino intentar conmover, que el que la lea al final quede un poco en shock y conmovido. Es una novela donde, sin que sea autobiográfica —porque siempre se piensa eso—, sí hay mucho de autobiografía emocional. Es decir, que todo el que escribe, aunque no recurra a sus vivencias propias, siempre recurre a sus emociones...

Me encanta tu respuesta, porque mi siguiente pregunta va a eso: ¿cómo hallaste la voz, el registro necesario, para contarnos esta historia? ¿Hubo alguna prueba? ¿Hubo alguna complicación al respecto?


El libro fluyó de una manera natural, sin contratiempos, es como si hubiese estado en mí durante mucho tiempo, guardada en alguna parte de mi memoria, construyéndose un poco a sí misma. Quizá necesitaba escribir Aislados y hacer catarsis; los que han leído la novela me han dicho que se identifican con algunos personajes o con situaciones o con pasajes de la novela, tal vez eso responda a que es una historia construida de historias y de ecos, sí, de ecos guardados en los otros y que yo recuperé para afrontar los propios. Esta historia me toca muy de cerca... ¿La prueba?  Es que no enseña, ni tiene moraleja, ni pretende instruir a nadie, ni es tecnofóbica, porque siempre he dicho que los libros no pueden juzgar, ni aleccionar, sino mostrar realidades con las que nos identificamos o no, pero que podemos disfrutar por más cruda que nos parezca o por más fantástica que la creamos... Con los libros crecemos y nos fortalecemos.  Yo también intenté crecer en muchos sentidos con esta novela.


Estoy segura de que lo has logrado y completamente de acuerdo sobre tu percepción de la misma, porque, ¡es justo así como se siente el libro!
Y, Cecilia, me he dado cuenta de algunos elementos recurrentes en esta novela y quisiera preguntarte sobre si son deliberados o justo han venido, como has dicho, de manera orgánica... por ejemplo:
¿Crees necesario acompañar de humor un relato tan duro? Y no es que me disguste, ni siquiera es un juicio a la forma en que está narrado Aislados, pero sí me gustaría saber si, cuando escribías, ¿veías al humor como un punto de apoyo importante?


En relación a lo del humor en la novela, a mí me gusta el humor, y entre más negro más lo disfruto, porque ese es el humor de la vida, un humor sutil, a veces involuntario, que nos devuelven las circunstancias por más crudas que parezcan. Una vez que estamos en el torbellino de una serie de eventos desafortunados, desencadenados por una tragedia mayor (como en la novela), de pronto hay momentos en los que la risa salva, donde nos damos cuenta que pese a todo reímos en medio de situaciones que en su momento creemos insalvables. El humor me parece que en Aislados vuelve más humanos a los personajes, porque también nos muestra que no estamos hechos solo para la crudeza y la sórdida realidad, sino que es precisamente a través del humor que podemos también conocer más de nosotros mismos: no hay nada más saludable que reírse un poco de uno y sus circunstancia. Sí, el elemento del humor es muy importante en la novela porque detrás de un relato tan duro, como lo mencionas, siempre hay un lado de sutileza, de respiro...


Y vaya que se agradece, porque igual y eso es lo que nos impulsa a seguir con gran dicha nuestra lectura de temas tan difíciles...
Otra cosa recurrente, Cecilia, es la personalidad de Pedro, que nos bombardea constantemente, pues creo que en la vorágine de los acontecimientos pierde de vista muchas cosas -aunque, cuántos no estuvimos así a su edad, o a cuántos nos cuesta tomar los elementos adecuados de nuestro entorno, para una acción que no solo nos beneficie a nosotros-, pero para ti ¿qué fue -cómo- escribir a Pedro?


Escribir un personaje como Pedro fue un gusto, porque es la suma de mucho de lo que somos o podemos llegar a ser, porque llegas a odiarlo, a desquiciarte con sus actitudes, con su egoísmo, con su aparente apatía, con su arrogancia y conforme va atravesando todas esas pruebas, ese infierno que —de tan propio— no puede compartirlo con nadie, lo vas comenzando a comprender, a apreciar... a darte cuenta que eres un poco como Pedro y que mirarte en él te fastidia pero también te conmueve. Además, nunca dejamos de crecer, como nunca dejamos de ser en mayor o en menor medida egoístas.


Concuerdo ampliamente: el chico es un personaje en el que podemos hacer una especie de espejeo continuo...
Aparte, me interesa mucho esto: ¿cómo fue escribir sobre la comunidad virtual, la plataforma en la que Pedro cae? Porque en un punto es mucho más que un juego (que es lo que primero podría pensarse del sitio) y sinceramente fue de lo que más disfruté del libro, dado que me parecen pasajes que tienen componentes muy rescatables (la construcción a placer de la apariencia y el andar de los avatares, la confusión que pudiera llegar a haber, incluso, entre tu persona y el avatar que te has creado. Aunque igual y no tenemos que ir tan lejos, pues la misma creación de un perfil en cualquier red, permite cierta selección de lo que queremos que sea visible de nosotros)...


Intentaré, sin cometer un spoiler (ya sabes que es complicado contar de qué va, porque el lector se pierde de las sorpresas que la narración le depara), contarte como armé la historia, y en especial esa parte de las comunidades virtuales. Sabes que la novela esta dividida en tres partes, la primera es donde se desata todo el conflicto y Pedro es expulsado de su espacio de confort, la realidad entonces le parece insoportable, es la parte más cruda y dura de la historia. Por ello, en la segunda, él busca crear una realidad donde habitar ya que la suya es insostenible; orillado, expulsado de todo, se refugia en una comunidad virtual, y es ahí donde comienza la metamorfosis: esa comunidad le sirve como capullo, como una crisálida donde va a gestar su nueva nueva vida, aunque en realidad lo que se está gestando es personalidad, su verdadera identidad [...]

Así, cuando llegamos a la tercera parte, el combate entre lo que era, lo que es y lo que desea ser, ya es total, se debate entre su avatar y su yo verdadero, está al borde del abismo entre la realidad y el mundo virtual. ¿Rompe el capullo? ¿Gana la batalla? Tú y yo ya sabemos que pasa, pero los que no han leído la novela tendrán que hacerlo para averiguarlo: cómo hace Pedro para salir o no de un mundo plagado de hombres con cabeza de cartón, chicas con cara de conejo, seres zoomorfos, ciudades descomunales, pasajes laberínticos, confusiones, hikikomoris, virus, robos de identidad, libros como mapas emocionales para salir del aislamiento... Gocé mucho transitando por ciudades cibernéticas y conociendo esos espacios,  sobre todo construyendo esa ciudad virtual que es como entrar en el agujero por donde cayó Alicia y encontró el país de las maravillas, tú sabes a que me refiero...


Jajaja... ¡sí! Y pareciera que estás viendo mi borrador de la entrevista, porque, finalmente, quería preguntarte si había más relación entre Aislados y Lewis Carroll, que la epígrafe que retomaste para esa tercera parte y, por supuesto, la presencia de símbolos como madriguera/conejo, porque hallo mucha de la angustia de la familia Gálvez en la Alicia que de pronto se encuentra en un mundo al que no puede verle ni los pies ni la cabeza...


A veces me pregunto si no vivimos todos dentro de un país inventado en la cabeza de otros y todos somos finalmente historias fragmentadas o incompletas de otros, así, hasta el infinito, o hasta que alguien llega y dice: ¡¡¡que le corten la cabeza!!!  Pero también hay mucho de los mundos absurdos de Kafka...
Creo que lo valioso de la novela son los distintos niveles de lectura que cada lector puede encontrar en ella... Una lectora, recientemente, se me acercó y me dijo: la primera vez que la leí la disfruté mucho, pero la segunda vez la disfruté más. Ufff, que la gente relea tu texto es el mejor de los halagos, quedé muy conmovida y complacida por ese comentario.


Exacto, cómo no quedar conmovida o complacida con comentarios como ese... Pero creo que si los hay, es porque ahí, entre esas páginas, hay algo.



Virginia Woolf, decía que para que la literatura tenga un impacto real entre los lectores debe contener tu verdad, no la verdad, sino la tuya, porque entonces podrás encontrar eco entre otros seres que vibren con esa verdad, creando una empatía que se transmite más allá de la historia y que está dada en cómo la cuentas y no en lo que cuentas. Yo eso intento hacer cuando escribo: contar desde mi cómo, no sólo desde lo que quiero contar.

Y a pesar de que dices intentarlo, creo, y como dije, atinas de lleno... y ojalá que muchísimos lectores más, se atrevan a comprobarlo...
E igual que en la entrevista pasada, ya muy querida Cecilia, te agradezco enormemente las facilidades y, sobre todo, las respuestas tan nutridas.


Gracias Athena, de eso se trata, de invitarlos a que lean la novela y hagan su lectura, y se dejen llevar por el vértigo de una historia que no da concesiones, pero que no deja cabos sueltos y lleva a sus personajes a tocar fondo.


Hasta aquí la conversación; espero que les haya gustado. 
¡Nos leemos luego!


*Aunque supongo que ya pueden darse una idea de qué me pareció Aislados 
(y más si me tienen agregada en Facebook), ya prontito les traigo la reseña.

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