Reseña : El cuaderno de Maya - Isabel Allende.

¡Si! ¡Todavía estoy viva! En verdad siento la ausencia, pero no quería volver sin algún tipo de contenido. Gracias por su paciencia.

Título original: El cuaderno de Maya.
Autor: Isabel Allende.
Editorial: Plaza & Janés.
Género: Drama / Ficción.
Edición: 2011.
Páginas: 448.
Precio: $299.

¿Dónde puedo conseguirlo?

Un poco del texto de contraportada: Soy Maya Vidal, diecinueve años, sexo femenino, soltera, sin un enamorado, por falta de oportunidades y no por quisquillosa, nacida en Berkeley, California, pasaporte estadounidense, temporalmente refugiada en una isla al sur del mundo. Me pusieron Maya porque a mi Nini le atrae la India y a mis padres no se les ocurrió otro nombre, aunque tuvieron nueve meses para pensarlo. En hindi, maya significa #hechizo, ilusión, sueño#. Nada que ver con mi carácter. Atila me calzaría mejor, porque donde pongo el pie no sale más pasto.

Mi opinión: Sé que la mayoría de los libros de Isabel Allende no se venden como juveniles, pero al dar lectura a su más reciente novela publicada, no pude dejar de pensar en que es un tomo que pudiera traer muchos aprendizajes tácitos -y no completamente moralistas y/o trágicos-, para este sector de lectores en particular y que de alguna forma también facilita el revivir la nostalgia de los lectores ‘adultos’, justamente para con ese período que comprende la vivencia de las “primeras veces”.

Esta novela representa las memorias que Maya Vidal va escribiendo alrededor de todo un año. Ella, es una chica de 19 años, de Berkeley, y que se encuentra huyendo de ‘sus enemigos’ con ayuda de su abuela Nidia -a quien llama Nini-. Pero el conflicto es que debe ir sola, a Chile y hasta el Archipiélago de Chiloé “en el culo del mundo” como ella misma diría. Allí, será recibida por Manuel Arias, antiguo amigo de su abuela, que rebasa los sesenta años, antropólogo, escritor y poco sociable.

En Chiloé, Maya intentará comenzar desde cero y recomponer su vida, y acepto que esta joven curiosa y obstinada, ha sido uno de los personajes más completos que he tenido la oportunidad de experimentar, y aunque es el primer título que tengo concluido de Allende, su ávido estilo me ha dejado impresionada, pues cada episodio referido me pareció muy visual. Encontré en ella, una prosa detallista intimista y visceral.

Cita para recordar:

Sobre la estructura, puedo adelantar que el libro está dividido en cuatro apartados, correspondientes a las estaciones del año, comenzando por el verano. Y mientras Maya relata lo que le va costando adaptarse a su nuevo hogar en Chile, la convivencia con Manuel va dejando ventanas abiertas a su pasado, por medio del cuál nos presenta a Paul Ditson II, que es su querido abuelo -al que llama Popo-, Blanca y Lionel Schnake vecinos de Manuel que le darán la oportunidad de volver a establecer lazos de amistad, y entre otros, Mike O´Kelly, Brandon Leeman y Daniel Goodrich, en otras circunstancias, pero que igual son dignos de conocerse.

La imagen de adolescencia que nos ofrece la reconocida escritora chilena, a través de Maya, es límpida y aún dentro de la ficción, cruenta y realista, insistente en que no olvidemos que todas las personas tienen algo que contar, y que los prejuicios de nada sirven, pues somos seres en constante cambio y movimiento.

El cuaderno de Maya entonces, es un relato que remueve las entrañas, que tiene un crecimiento gradual y en el que se saborea totalmente a Isabel Allende, pues su forma de narrar contiene un vocabulario muy vasto y que me hizo comprender el porqué de la trascendencia de sus letras. Allende es, una clara y bien lograda mezcla de misticismo, esoterismo e historia acerca de su tierra. El cuaderno de Maya no es la excepción.

Finalmente, si hay algún punto negativo que he encontrado, es simple y definitivamente el desenlace, que me pareció un tanto precipitado, tibio y predecible de cierta manera, pero que vale la pena, tan sólo por leer todo lo que le pasa a Maya para llegar a él.

Mi puntuación:

Dato curioso:

• Isabel Allende, sobre su personaje Maya Vidal dijo: “Esta Maya me ha hecho sufrir más que ningún otro de mis personajes. En algunas escenas le habría dado unas cachetadas para hacerla entrar en razón, y en otras la habría envuelto en un apretado abrazo para protegerla del mundo y de su propio corazón atolondrado”.

*Gracias a RandomHouseMondadori por el ejemplar.